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- El Papa quiere que comulguemos en la boca y de rodillas.
Posted by : Gonzalo
domingo, 20 de septiembre de 2009
Ahora queremos exponer partes de la homilía del Santo Padre pronunciada el jueves 22 de mayo del 2008 en la solemnidad de Corpus Christi.
Al llegar a este punto, no se puede menos de pensar en el inicio del "Decálogo", los diez mandamientos, donde está escrito: "Yo, el Señor, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí" (Ex 20, 2-3). Aquí encontramos el tercer elemento constitutivo del Corpus Christi: arrodillarse en adoración ante el Señor. Adorar al Dios de Jesucristo, que se hizo pan partido por amor, es el remedio más válido y radical contra las idolatrías de ayer y hoy. Arrodillarse ante la Eucaristía es una profesión de libertad: quien se inclina ante Jesús no puede y no debe postrarse ante ningún poder terreno, por más fuerte que sea. Los cristianos sólo nos arrodillamos ante Dios, ante el Santísimo Sacramento, porque sabemos y creemos que en él está presente el único Dios verdadero, que ha creado el mundo y lo ha amado hasta el punto de entregar a su Hijo único (cf. Jn 3, 16).
Nos postramos ante Dios que primero se ha inclinado hacia el hombre, como buen Samaritano, para socorrerlo y devolverle la vida, y se ha arrodillado ante nosotros para lavar nuestros pies sucios. Adorar el Cuerpo de Cristo quiere decir creer que allí, en ese pedazo de pan, se encuentra realmente Cristo, el cual da verdaderamente sentido a la vida, al inmenso universo y a la criatura más pequeña, a toda la historia humana y a la existencia más breve. La adoración es oración que prolonga la celebración y la comunión eucarística; en ella el alma sigue alimentándose: se alimenta de amor, de verdad, de paz; se alimenta de esperanza, pues Aquel ante el cual nos postramos no nos juzga, no nos aplasta, sino que nos libera y nos transforma. Homilia de Su Santidad.
Creo que dicho texto no necesita explicación, al igual el hecho de que el Santo Padre de únicamente la comunión en la boca y de rodillas.
Su Santidad nos muestra que la comunión en la mano, es únicamente un indulto, una forma extraordinaria y que la única manera de comulgar es en la boca y en lo posible de rodillas.
Los Obispos y los sacerdotes deben ver la voluntad del Santo Padre y acatar sus deseos. Deben permitir a los fieles comulgar en la boca y de rodillas, ya que en muchas parroquias, es negada la comunión de rodillas y lo que es peor aun, obligan en algunos lugares a recibir la comunión en la mano.