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Posted by : Gonzalo
miércoles, 11 de junio de 2014
Declinación y abolición de la Comunión en la mano
La Comunión dado
por la mano permaneció en uso durante cerca de nueve siglos. Desde antes ya
había comenzado a ser menos común cuando la reservación de la Santa Eucaristía
fue limitada a iglesias, y la administración del Sacramento fue restringida a
sacerdotes y diáconos. Perdió estimación cuando la doctrina de la Verdadera
Presencia fue dudada o negada por un número de eclesiásticos.
Para dejar claro
que en el momento de la Consagración el pan y el vino son cambiados en el Cuerpo
y la Sangre de Cristo, y permanecen a través de las apariencias exteriores de
sabor, color y forma; para inculcar que la Hostia Sagrada no es pan ordinario;
para fomentar un sentido de reverencia y adoración por Nuestro Señor invisible
pero realmente presente, los comulgantes no fueron permitidos tocar el Santo
Sacramento con sus manos.
Esta gran rúbrica
no debería de ser considerada como solamente un resguardo negativo contra el
error sino que era un dispositivo positivo para desarrollar la fe, adoración y
humildad en el comulgante, como la Santa Sede ha explícitamente
declarado:
Más adelante, con una comprensión más profunda de la Verdad del
Misterio Eucarístico, de su fuerza, de la presencia de Cristo en ello… con un
sentido impulsor de reverencia por este Muy Santo Sacramento y con una actitud
obligatoria de humildad al recibirlo, la costumbre fue establecida que el mismo
ministro debería colocar una Partícula del Pan Consagrado en la lengua de
aquellos que reciben la Comunión (Instrucción, Memorial del Señor, 29 de Mayo,
1969).
Por estas
razones, la Comunión en la lengua, en uso desde tiempos antiguos, reemplazó la
Comunión en la mano y se convirtió en el único método de recibir la Santa
Eucaristía, y así ha permanecido, sagrado y sin cambio, durante más de mil años.
Hace
cuatrocientos años ciertas sectas del Oeste que objetaban, se apartaron de la fe
Eucarística de la Iglesia Católica. Renunciaron a la creencia que el pan y el
vino se cambiaban en el Cuerpo y Sangre de Nuestro Señor durante la Misa.
Renunciaron al Santísimo Sacramento, abandonaron la Misa e introdujeron un
servicio de comunión de pie o sentados y empleando las manos...
Errores
doctrinales rápidamente produjeron prácticas de abuso. La Santa Sede nos dice
que las irreverencias que vienen de una teología Eucarística imperfecta son
muchas en número y que se esparcieron por muchos lugares.
Han aparecido abusos numerosos y muy divulgados, algunas veces tan
serios que han provocado dudas sobre la misma Fe en la Presencia Real, sobre la
adoración y reverencia debidas al Santísimo Sacramento (Instrucción sobre la
Adoración de la Eucaristía, 15 de Mayo, 1969).
Hay amplia
evidencia de Hostias consagradas que han sido descartadas en recipientes,
porque, según se dice, “la Presencia no permanece cuando la comida se ha
terminado”. Algunas veces estas Hostias son re-consagradas. Se ha sabido que
sacerdotes hacen la genuflexión a la hora de la Comunión pero no a la hora de la
Consagración porque ellos creen que “Cristo está presente solamente a la hora de
la comida”. Algunos han afirmado públicamente que ellos no hacen la genuflexión
delante del Tabernáculo porque “uno no adora una caja”.
Es sabido que
niños han jugado con la Sagrada Hostia colocada en sus manos a la hora de
Comulgar. Adultos han sido visto pasando el Santísimo Sacramento de uno a otro
mientras están haciendo una fila.
Con justificación
la Sagrada Congregación se pregunta si las personas que actúan así realmente
creen en la Verdadera Presencia de Cristo.
Uno debe, en
consternado silencio, pasar por encima las impropias abominaciones de
demonolatría cuando la Sagrada Hostia es llevada sacrílegamente para ritos
satánicos de misas negras.
Sacrilegios han
ocurrido en el pasado y ocurrirán en el futuro, pero hoy en día la Santa Sede
testifica que ellos son numerosos y ampliamente dispersos. También dice que la
Comunión en la manera tradicional es un resguardo mayor contra la adulteración
de la doctrina y la profanación.
Cuando la Fe en
la Eucaristía es profunda y fuerte, se hacen actos de reparación por todos estos
pecados los Primeros Viernes de cada mes y anualmente en la Fiesta del Sagrado
Corazón.
De lo que se ha
dicho, especialmente en los documentos papales y oficiales citados arriba,
claramente emergen las siguientes consideraciones.
Primero, el
método tradicional es asunto de una ley muy antigua habitual que existe en cada
diócesis de la Iglesia; el nuevo método es una excepción a esta ley y es legal
únicamente con el permiso otorgado por razones propias.
Segundo, el Santo
Padre Pablo VI seriamente exhortó a todos los obispos, sacerdotes y fieles que
mantuvieran el método tradicional; pero para ayudar a las conferencias
Episcopales a descargar sus difíciles tareas pastorales, él permitió el nuevo
método bajo ciertas circunstancias.
Tercero, el nuevo
método fue introducido ilegalmente. Un indulto fue dado en lugares donde se
había convertido en un hecho consumado y no podía ser removido
fácilmente.
Cuarto, ningún
Obispo puede desaprobar el método tradicional en su diócesis, pero aún con el
indulto papal cualquier Obispo puede desaprobar la Comunión en la mano. Él
puede negar el permiso a ciertas personas y en ciertos lugares. Si es otorgado
puede ser revocada, como ha sucedido.
Obispo Bernard D. Stewart, Diocesis de Sandhurst, Australia, 1976